Convivencia Misionera de Verano
Salamanca 2023
Un grupo de voluntarios de la Delegación de Misiones, acompañados por su Delegado D. José Carlos Arellano, han participado los días 23 al 25 de junio de la Convivencia Misionera de Verano en la ciudad de Salamanca. En el encuentro de estos días también estuvo presente el Arzobispo Emérito D. Braulio Rodríguez Plaza, miembro de la Comisión Episcopal de Misiones de la Conferencia Episcopal.
La convivencia misionera, son unos días de encuentro y formación de los voluntarios de la delegación de misiones que junto a nuestro delegado nos desplazamos a otras diócesis para conocer otras delegaciones de misiones y a sus voluntarios. En esta ocasión el lugar elegido ha sido la diócesis de Salamanca, donde su Delegado D. José Miguel González junto a un buen número de voluntarios de la diócesis, nos acogieron en la sede de la Delegación y nos explicaron como realizan la animación misionera en su diócesis.
La formación impartida estos días a los voluntarios de nuestra delegación corrió a cargo de varios ponentes con una experiencia misionera ad gentes de altísimo nivel.
El obispo emérito de Riobamba y de Loja, en Ecuador desde su sencillez y cercanía nos habló de la misión como dimensión de nuestra vida cristiana. El cristiano debe ser misionero, de ahí deriva todo. El Papa Francisco nos habla de “una iglesia en salida…”, de una iglesia misionera. La iglesia tiene que comprender que tiene que salir a evangelizar. El misionero se complica la vida por amor. Aunque vivan solos, aguantan porque tienen fe y saben que no están solos porque tienen con ellos presencia del Espíritu Santo.
La transmisión de la fe exige el testimonio personal.
El P. José María Yagüe, misionero durante muchos años en Perú, habló de como tiene que anunciar el Evangelio el misionero. El misionero no se anuncia a sí mismo , su misión está en anunciar a Jesucristo. Para ser buen enviado de Cristo hay que descentrarse porque el centro de la misión es Jesucristo. Prosiguió diciendo que la presencia de los misioneros, religiosos y laicos, tiene sentido para mostrar la gratuidad de la Iglesia, la riqueza del misionero tiene que venir por su inculturación adaptándose a los ritmos y los tiempos de la cultura de la gente que le va acoger en la misión.
El misionero es mediador de la voluntad solidaria y de las necesidades en la misión.
La última ponencia fue un testimonio de un matrimonio, Valentín y Ana, que desde los inicios de su matrimonio sintieron la llamada a la misión, partiendo a Paraguay con sus hijos pequeños y donde les nació el tercero de sus hijos. El Señor les llamó, son misioneros por vocación y han recibido del Señor “el ciento por uno”. No les ha faltado nunca de nada en la misión, pero con propina (persecuciones).
En una segunda etapa, tras llegar a la jubilación, volvieron a marchar a la misión en Perú, en el desierto de Pachacutec. Etapa que fue interrumpida por la pandemia del COVID19, al obligarles a regresar a España por la edad.
Concluían su testimonio manifestando que la llamada a la misión es una llamada concreta. Todos somos llamados por el Bautismo pero no a todos los capacita. El testimonio de misionero, a veces es más efectivo por su modo de vida, su manera de comportarse, que por las palabras.
El Señor precede y acompaña y nunca abandona.
En la convivencia también hubo un espacio para la espiritualidad de los voluntarios, con la Oración con Arte que nos dirige la voluntaria Rosa Guio, la celebración de la Eucaristía y la visita a los lugares teresianos de Alba de Tormes donde pudimos ganar el Jubileo Teresiano con ocasión de las solemnidades de Santa Teresa de Jesús, patrona de la Diócesis de salamanca.
En Alba de Tormes, tras visitar el convento de las MM. Carmelitas, donde la santa vivió los últimos días de su vida, veneramos sus reliquias y le pedimos su protección para nuestros misioneros y por la animación misionera de nuestra Archidiócesis, para que cada vez sean más los que sientan la llamada a la misión.